El Pasado Perdido: Capítulo 1. Lágrimas de recuerdo

Lágrimas de recuerdo

6 años después…

-¡Mamá, mira! ¡Ya puedo volar muy alto!- Dijo la dulce y traviesa Maybelle, que ya tiene 15 años, que estaba en pleno entrenamiento de sus poderes.

-¡Muy bien, hija! Pero eso no significa que te dé permiso para volar por todo el palacio.-

-¡Mamá! ¿Por qué no?- Dijo Maybelle, casi suplicando.

-¡Una princesa no vuela por todo el castillo! Ya no tienes 4 años Maybelle, tienes 15, y tienes que asumir deberes de princesa para en el futuro afrontar el puesto de reina.-

-¡Yo no quiero ser una reina ni hacer deberes de princesa! Solo quiero divertirme…- Dijo mirando al suelo, con las manos juntadas y moviendo sus dedos pulgares delicadamente. Suspiró y seguidamente dijo:- ¿Y papá?- Maybelle quería cambiar de tema para olvidarse de que tenía que hacer ‘’deberes de princesa’’.

-¡Está preparando tu fiesta de cumpleaños!-

-¿Mi cumpleaños?- Al parecer no se había dado cuenta de que mañana era su cumpleaños.

-Sí. ¿No te acordabas?-

-No…-

-¡Pero si estuviste hablándome de tu cumpleaños todo el día de ayer!-

-¡Ah, es verdad! Je, je, je…- Dijo asombrada porque no se acordaba de nada.

-¡Sí, pero no me des la vara hoy también!- Dije riendo.

-¡Vale!- Maybelle miró a su madre 2 segundos a los ojos e inmediatamente le dio un gran abrazo –Me gusta que os toméis tiempo para mí cumpleaños o por cualquier otra cosa. ¡¡Sois los mejores!!-

-Jajaja, de nada Maybelle.- Le acaricié la mejilla. –Tú sabes que siempre haremos lo que sea por ti.

Al día siguiente…

(Narra Maybelle)

Me cambié de lado en la cama y vi el cálido sol. Me desperté de repente y me di cuenta de que era mi cumpleaños. Pero la alegría se acabó pronto…

No vi gente sonriendo ni celebrando nada, cielo despejado, pájaros volando y cantando alegremente como todos los días, no, sino que vi el cielo rojo como el fuego, espadas por el suelo, escudos, lanzas… Casas ardiendo…
¿Es esto un sueño? Si es así, quiero despertar… Lamentablemente no, no era un sueño. En un instante lo entendí todo… Querían destruir Domino. ¿Pero por qué? ¿Por qué querrían destruir Domino? Solo vi a los soldados de Domino, y tuve una pequeña esperanza de que ganaríamos, pero vi que Domino iba perdiendo, desgraciadamente. También vi a mi padre y a las Winx… Espera, espera… ¿¿A mi padre y a las Winx?? ¿Y dónde está mi madre? Tal vez la han… ¡No! No puede pasar… Lo único que quería era buscar a alguien con el que me guiara a un sitio seguro… ¡Ey! ¡Tengo poderes! Puedo usarlos, como mi madre… Pero desgraciadamente, el dolor de aquellas personas y la crueldad de los que mataban a todos los habitantes me impedía salir. Salí de mi cuarto y lo único que quería ver era a mi madre sana y salva, ya que no la vi fuera. Cerré de golpe la puerta de mi dormitorio, llena de terror, cuando una voz sobresaltada me llamó:

-¡Maybelle!- Dijo sobresaltada aquella voz.

-¡¡Mamá!!- Al verla, le abracé muy fuerte. -¿¿Mamá, qué está ocurriendo??-

-No tengo tiempo para explicarlo, ¡tenemos que irnos de aquí!-

-¡No me moveré hasta que me digas qué está pasando!- Dije seria. ¿Este era mi cumpleaños? ¿O solo era una simple pesadilla? Creo que es realidad…

-Maybelle, quieren destruir Domino, no quiero que te pase nada, por eso hay que irse- Dijo mi madre agarrándome de la mano fuertemente. Pude sentir cómo le temblaba la mano con la que agarraba la mía. Mi madre corría con bastante velocidad y yo casi que le pisaba los pies.

-¡Mamá ¡Puedo usar mis poderes! ¡Ya sé controlarlos!- Dije cuando llegamos ante la entrada de un gran túnel.

-No Maybelle, es muy peligroso, no quiero ponerte en peligro-

-¿Y dónde iremos? ¿Y las Winx? ¿Y papá? Les he visto pelear-

-Las Winx, tu padre y yo detendremos a esos monstruos. Tú estarás a salvo en un refugio. Irás con unos guardias a través de un túnel para que no te descubran.-

-Eso significa que.... ¿¿¿Tienes que irte???-

- (...) No puedo dejar que destruyan nuestro planeta, pero te juro que volveré.- Dijo mi madre agarrándome de las manos.

-¡¡No mamá!! ¡¡¡No dejaré que te vayas!!! ¡¡Vas a morir!!- Dije con lágrimas en los ojos. Mi madre sonrió aunque por dentro estaba llorando, lo noté, y dijo:

-Debo hacerlo por Domino, por tu padre, por las Winx, por los habitantes… Pro-prométeme que serás siempre una buena chica, y que serás fuerte. Que pronto serás capaz de hacer maravillas con tus magníficos poderes. Prométemelo…- Dijo mi madre, secándose las lágrimas.

-¡Mamá no me dejes!- Dije llorando y abrazándola muy fuerte. Mi madre también compartió un abrazo.

-Te juro, te lo juro, que volveré. Ahora debes irte, los guardias te guiarán a la salida.

-¡¡Mamá no!!- Dije llorando más que antes.

-Debo irme.- Mi madre se levantó, se dio la vuelta, y poco a poco se fue yendo… Vi como mi madre apretaba los puños para contener sus lágrimas. Noté la mano de un guardia en mi hombro. Me llamó para decirme que debíamos irnos por aquel oscuro túnel. Yo me sequé las lágrimas y cedí.

Pasamos por un túnel con velas para iluminar el camino, y había una pequeña ventana. Mi madre me vio, y yo la vi a ella. ¿Esta sería la última vez que nos veríamos?...

-Mamá…-

Me dijeron que llevara una capa para que no me descubrieran y salimos en una barca, ya que era el único medio de transporte que había. Vi a mis padres y a las Winx luchar por el reino. Pude oír a mi madre decir su poderoso hechizo: ‘’Fuego de Dragón’’. Y sí, mi madre era nada más y nada menos que Aurora, hada del Fuego del Dragón, hermana de mis tías Bloom y Daphne, que desgraciadamente también las vi luchar. Yo me sentí mareada. Tanta sangre y dolor me derrotaba poco a poco.

-¿Princesa, se encuentra usted bien?- Me dijo un guardia, ofreciéndome una manta, ya que me vio temblando. No era solo del terror que sentía, pero, no lo sé, era muy extraño. Al final acabé desmayada…

Fui abriendo los ojos poco a poco. Me seguía encontrando en la barca, pude notar como se movía con el leve movimiento del mar. Vi que nos dirigíamos a una cuidad.

-¿Princesa, se encuentra mejor?- El guardia extendió la mano para que yo me levantase.

-S-Sí. ¿Adónde nos dirigimos?- Dije un poco dolida por dentro, por el hecho de que no volvería a ver a mi madre, a mi padre, a las Winx…

-Nos dirigimos a una ciudad. Allí vivirá hasta que Domino y usted estén a salvo.- Me dijo el guardia, señalándome la ciudad.

-A salvo… -Salté de repente y el guardia me miró sobresaltado - ¿¿Dónde está mi madre?? ¿¿¿Dónde???- Dije nerviosa. A saber qué le habría pasado…

El guardia no me dijo nada. -¿Qué le ha pasado a mi madre?- insistí.

-Princesa, ya hemos llegado.- Dijo el guardia, cambiando de tema, aunque era verdad que llegamos.

-Recuerde princesa, no diga su nombre, no queremos levantar sospechas.- Me susurró un guardia.

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Yo asentí. Les dije a todos que me llamaba ‘’Jade’’. No me relacionaba mucho con los niños, y a veces me miraban raro, algunos se reían de mí, pero me daba igual. Lo único que hacía era dibujar, como cuando era pequeña. Todos los días dibujaba el palacio de Domino, o un retrato de mi familia… Todas las noches me iba a medianoche, sin que se dieran cuenta los guardias, me iba a Domino y me entraba al castillo en ruinas. Normalmente me sentaba en una de las columnas destruidas y lloraba, necesitaba un tiempo a solas cada día, lo que le pasó a mi familia era difícil de superar. Hasta que un día me senté al borde de un lago y tiraba piedras al agua.

-¡¡Mamá, me has mentido!!- Dije mirando al cielo, llorando. -¡¡Me dijiste que nos volveríamos a encontrar!!-

El mar se empezó a mover, en pequeñas olas, y vi como salían destellos de él. Pegué un gran salto hasta levantarme. Apareció un hermoso espíritu que se parecía mucho a… ¿¿Daphne?? Cuando vi que apareció aquel espíritu, me caí del asombro.

-¿D-Daphne? ¿Tía Daphne?- Dije, asombrada por aquella escena.

-¿¿Alys?? ¿¿Has conseguido sobrevivir??- Dijo Daphne sobresaltada. –Oí lo que dijiste, pero no sabía que eras tú.

-Shh, no me llames Maybelle, los guardias me dijeron que ocultara mi nombre por si acaso.- Dije levantándome del suelo.

-Oh, ¿y has hecho bien?-

-Sí, les he dicho a las personas que me llamaba Jade. Espera… ¿Por qué eres un espíritu? Acaso… ¿Ha-Has muerto en la batalla?- Daphne asintió- No… No puede ser… ¿Y mi madre? ¿Y las Winx? ¿Y mi padre?

-(…) Un momento May… Jade. ¿¿Qué es ese colgante??-

-Ah, este colgante… Me lo dio mi madre cuando se- se fue…- Yo miraba el signo del dragón del colgante cuando se me cayó una lágrima que cayó en el signo de dragón, que este empezó a brillar. - ¿¿Q-Qué está ocurriendo Daphne??- Dije asombrada viendo aquel destello que desprendía el colgante.

-Al parecer el colgante te está dando la oportunidad de ver el pasado de Aurora…- Dijo Daphne con el colgante en la mano.

-¿El pasado de mi madre? Solo necesito saber por qué aquellas personas tan crueles querían destruir Domino.- Dije recordando aquellas horribles imágenes de aquel día, del peor cumpleaños que pude tener.

-Tal vez si ves más del pasado puedas saber más de la destrucción de Domino, tal vez…-

-¿Tú sabes algo? ¿Algo que me pueda interesar sobre eso?- Dije con los ojos medio abiertos por la luz tan luminosa que corría por el borde del espíritu de Daphne.

-No, no sé nada.- Dijo apreciando el maravilloso dibujo del colgante. -¿Bueno, quieres probar?-

-No puedo Daphne… Hay algo que me lo impide. Simplemente, no puedo.-murmuré.

-Tranquila, confía en mí. –Yo la miré, levantando mi cabeza levemente.

-Todo saldrá bien.- Yo me lo pensé unos segundos y al final asentí. Daphne se puso lentamente el colgante y pronunció unas palabras en voz baja. De repente, una luz cegadora nos inundó. Abrí poco a poco los ojos y me encontraba en un bar, con mucha gente.

-¿Dónde estoy? –pensé. Vi a 7 figuras en el escenario. Una pelirroja y una rubia con mechas rosas en las puntas estaban cantando. ¡Era mi madre y mi tía Bloom! ¡Y las que tocaban eran las Winx! Miré por todos lados, buscando a Daphne.

-¿Daphne? ¿Daphne, donde estás?- susurré.

-Se oía a la gente aplaudir y silbar, había acabado el concierto de las Winx. Intenté abrirme paso entre la gente, pero traspasaba a las personas, y ellos no sentían nada. Era como un fantasma, un fantasma invisible… Vi a mi madre. Pasó por mi derecha. Quería abrazarla, pero traspasaba a las personas. Aurora iba mirando al suelo, sonriendo. No hacía caso a los fans. De vez en cuando, saludaba un poco, pero nada más.

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 Iba mi madre tranquilamente saliendo del Frutti Music, cuando un hombre encapuchado le asustó y retrocedió. Iba a avisar a las Winx, pero por mucho que gritaba para llamarles, no hacían caso… ¿Qué pasaba? Daphne desaparece, un hombre encapuchado, las Winx ni se inmutan, ni las personas tomando copas y esperando al siguiente grupo para cantar se inmutaban, solo se centraban en lo suyo.

-¿Qué-Qué ocurre señor? ¿Se ha perdido o algo?- Dijo retrocediendo poco a poco. Aurora oyó de él una risa malévola, y una voz grave empezó a hablar, era de aquel hombre: -No. No vengo a disfrutar como esas cretinas personas.- Sacó su espada afilada, con la punta llena de sangre.- Vengo a por ti y a por tus amigas.- Después de esto, soltó una risa malévola.

-¿W-Winx?- Dijo retrocediendo.-Necesito ayuda… ¡¡Winx!!- Las Winx no se inmutaban.

-Ni siquiera tu Fuego de Dragón podrá derrotarme, Aurora, poseedora del Fuego del Dragón.- Soltó una risa malévola.

-¿¿Cómo sabes que soy la poseedora del Fuego del Dragón?? ¿Cómo sabes mi nombre?- Dijo retrocediendo lentamente. Aquel hombre no dijo nada.

-¡¡Contéstame!!- Dijo mi madre seria.

-Cada cosa a su paso Aurora, cada cosa a su paso…- Y desapareció, dejando unas pequeñas gotas de sangre de aquella espada…

Hola!! Bueno, ¿qué piensan? Sé que es muy largo, lo hice a propósito! XD 

Algunos me dijeron que eran muy cortos los capítulos, por eso los hice más largos. ¿Se parece mucho a Innumerevoli Lacrime? Lo se, lo se... ¡Pero es tan impresionante!... A partir de este capítulo no me fijo tanto en su novela... Solo un poco... En fin.

¡Por favor comentad qué os parece!