El Pasado Perdido: Capítulo 2. ¡Viva el Club Winx!

¡Viva el Club Winx!

(Narra Aurora)

Respiraba agitadamente, no podía creerme lo que había visto. ¡Me había amenazado! A mí y a las Winx. ¿Y qué sabía de mí? ¿Cómo sabía que era la poseedora del Fuego del Dragón? Yo iba retrocediendo poniendo mis ojos fijos en aquella sangre. ¡Era un asesino en toda regla! Bloom vio cómo estaba y pegó un salto hasta bajar al escenario y se dirigió hacia mí.

-¡Ey! ¿Qué te ocurre?- Dijo Bloom, apoyando su brazo en mi hombro.

-Mi-Mira…- Dije temblando, señalando la mancha de sangre.

-¿Qué ha ocurrido? Estás temblando ¿Y esa mancha de sangre?- Dijo abrazándome.

-U-Un hombre me ha amenazado…- Dije dándome la vuelta. -A mí y a vosotras.- Dije señalando a las Winx, que estaban alegremente charlando y riendo.

En mi cabeza solo se repetía aquella conversación y las palabras de aquel malévolo hombre encapuchado:

-¿Qué-Qué ocurre señor? ¿Se ha perdido o algo?- Dijo retrocediendo poco a poco.

 -No. No vengo a disfrutar como esas cretinas personas.- Sacó su espada afilada, con la punta llena de sangre.- Vengo a por ti y a por tus amigas.- Después de esto, soltó una risa malévola.

-Ni siquiera tu Fuego de Dragón podrá derrotarme, Aurora, poseedora del Fuego del Dragón.- Soltó una risa malévola.

-¿¿Cómo sabes que soy la poseedora del Fuego del Dragón?? ¿Cómo sabes mi nombre?- Dijo retrocediendo lentamente.

-Cada cosa a su paso Aurora, cada cosa a su paso…- Y desapareció, dejando unas pequeñas gotas de sangre de aquella espada…

Aquellas palabras sonaban constantemente en mi cabeza, y al final el miedo acabó derrotándome, cayéndome, mareada. Veía borroso. Veía a las Winx, a Bloom decir algunas palabras: …Aurora… ¿Qué te… ¡Hay que llevarla….  …Domino!…

A pesar de mi dolor de cabeza, conseguí descifrar la oración de Bloom: ¿Aurora? ¿Qué te ocurre? ¡Hay que llevarla a Domino! 

¿Necesitaba ayuda? No hacía falta. Solo necesitaba saber más de aquel hombre…

A la mañana siguiente…

Domino, cuarto de Aurora. Miré el despertador, con los ojos casi cerrados. 6.00 a.m. Miré un poco hacia arriba y encontré el paisaje tan reluciente que se veía tras la ventana, con la que las cortinas se movían suavemente por el viento. Miré a mi izquierda y encontré a Bloom, descansando en un pequeño sillón. Cerré los ojos poco a poco, el cansancio me ganaba. Me encontró en un lugar muy oscuro. Vi una espada con la punta llena de sangre.

-Oh, no…- pensé. Aquella persona. Era la del otro día, en el Frutti Music. Sonó una risa malvada y retrocedí poco a poco, derrotada por el miedo.

-¿Qué ocurre Aurora? ¿Te come el miedo?- Dijo aquel hombre, señalando a Aurora con la espada. Me levanté, seria.

-¿¿Quién eres y qué sabes de mí?? ¿Por qué quieres matar a mis amigas y a mí?- Dije, enfadada.

-No te lo puedo decir. Solo puedo decir que siempre he estado vigilándote, hasta que llegara el momento de matarte.- Dijo guardando la espada. Me entró un escalofrío que me recorrió toda la espalda.

-Porque siempre habéis estado metiéndoos en mi camino, ¡metiéndoos donde no debíais! ¡Y ahora moriréis!- Prosiguió. Dijo la última frase sacando la espada y apuntándome con la espada. Preparé una bola de fuego para lanzársela, pero se defendió con la espada, estaba muy tranquilo, como si supiera que la espada pararía aquel gran ataque.

-¿No te dije aquel día en el Frutti Music que tu Fuego de Dragón no me pararía?- Dijo soltando una gran risa malévola.

-¡Solo quiero saber quién eres!- Dije, preparando otra bola de fuego. El hombre se quitó la capucha de la chaqueta negra.

-¿¿Qué??- Dije, más asustada que nunca. ¡No tenía rostro! ¿¿Cómo era eso posible?? Tenía tanto miedo que me desperté de inmediato, y mi respiración agitada y aquel salto que pegué del susto del sueño, o más bien pesadilla, despertó a Bloom.

-¿Qué te ocurre?- Dijo Bloom, intentando calmarla.

Estaba indecisa, no sabía si decirle a Bloom la conversación y las pesadillas que tuve con aquel hombre. Decidí mantenerlo en secreto para no asustar a las Winx.

-Nada, no me ocurre nada.- murmuré. -¿Qué haces aquí?-

-Te desmayaste anoche en el Frutti Music al ver una mancha de sangre en el suelo, dijiste que alguien te amenazó. ¿Quién fue?-

-Oh, nadie, cre-creo que fue una ilusión, sí, estoy segurísima.- Dije, nerviosa, por si sospechaba.

-Me dijo Daphne que las ilusiones o visiones de los poseedores del Fuego del Dragón a veces pueden ser peligrosas. ¿Estás segura de que solo fue una ilusión?-

-Sí. Segurísima.- Dije con las manos juntadas y moviendo mis pulgares suavemente.

-Oh, vale.- Sonó el teléfono de Bloom. -Oh, es Sky.-

-Aquí hay poca cobertura, deberías ir fuera, hay más.- Dije con una sonrisa falsa.

-¿Segura? Bueno, vale.- 

Y se fue de la habitación, respondiendo a la llamada. Me cubrí el rostro con las manos. Aquel hombre sin rostro… No pude olvidar aquella imagen de mi cabeza. Oía las voces de Bloom en la conversación con Sky. Me levanté de la cama y vi por la ventana a Flora observando las flores y a Tecna y Stella cuchicheando. Musa oía el canto de los pájaros, mientras que Layla hacía pequeñas estructuras con el agua, a la vez que Stella se asombraba. A veces le decía ‘’ ¡Haz un sol!, ¡Haz flores!’’, y Layla se reía.

-El fin de todo… ¿Qué pasará si… nos separamos algún día?- pensé. Aquel hombre sin rostro dijo que nos mataría. ‘’Todo a su tiempo Aurora, todo a su tiempo..’’  Había que estar al tanto de todo para saber si nos mataría por sorpresa,… uf, es todo muy complicado. De repente, una carta apareció a pocos centímetros de mí, y la leí, un poco asustada:

Wow, Aurora, veo que no paras de pensar en mí. ¿Te derrota el miedo?

Ir observándote a través de mi bola mágica me entraron ganas de asustarte.

No creas que hago esto por aburrirme, sino porque si te das cuenta, tus amigas ya no están. ¿Por qué será?

Xx, ese es el saludo de ahora en día.

-Sin Rostro.

Me entró un escalofrío. ¡¡Ey!! ¡¡Lectores de ''El Pasado Perdido'', si, vosotros!! ¿No habéis notado nada raro en la carta? Vamos a leer la carta de nuevo:

Wow, Aurora, veo que no paras de pensar en mí. ¿Te derrota el miedo?

Ir observándote a través de mi bola mágica me entraron ganas de asustarte.

No creas que hago esto por aburrirme, sino porque si te das cuenta, tus amigas ya no están. ¿Por qué será?

Xx, ese es el saludo de ahora en día.

-Sin Rostro

-¡¡Winx!!- Dije tirando al suelo la carta, asustada. Miré por la ventana. Las Winx no estaban. Salí de la habitación rápidamente. ¿Qué? ¡La puerta no se podía abrir! Había un pequeño acertijo…

*adavlam asir* ¿oL sàiugegsnoc? xniW sal a avlas. arteup al rirba arap nògard ed ogeuf ut azilitU

-Sin Rostro *risa malvada*

Genial. ¿Ahora cómo podría abrirla? Sin Rostro quiere ponerme a prueba. Lo analicé un minuto.

-¡¡Pues claro!! ¡¡La frase está al revés!!- Dije animada. –Bien, veamos…

Utiliza tu fuego de dragón para abrir la puerta. Salva a las Winx. ¿Lo conseguirás? *Risa malvada*

-¡Fuego de dragón!- Pronuncié. Se abrió la puerta. Corrí muy rápido. Sentí que me quedaba sin respiración. ¿Debía pararme? ¡No! ¡Debía encontrar a las Winx!

Llegué al jardín, y me encontré a las Winx.

-¡¡¡Winx!!! ¿¿¿Os ha atacado alguien encapuchado sin rostro??? No os he visto en el jardín, cuando estaba en mi… ey, estáis en el mismo sitio que antes…- dije jadeando, y en la última frase, murmurando.

-¿Qué?- Dijo Musa, extrañada.

-Hemos estado aquí todo el tiempo.- Dijo Flora, extrañada al igual que las Winx.

-Oh. Entonces sería una ilusión.- Murmuré.

-¿Seguro que estás bien?- Dijo Bloom, acercándose a ella.-Esta mañana dijiste que también fue una ilusión lo de anoche.- Dijo Bloom preocupada por mi.

-Tranquila Bloom, estoy bien.- Dije colocando mi mano sobre su hombro, en señal de que no debía preocuparse.

Las Winx y yo entramos en mi dormitorio y estuvimos hasta las 20:00 p.m hablando, riendo, y haciendo tonterías. Hasta que a la divertida Stella se le ocurrió una idea:

-¡¡Ey!! ¿Por qué no hacemos una fiesta?- Dijo saltando en la cama.

-¡Cuidado con mi cama!- Dije riendo.

-¡PARTY!- Dijo lanzando hacia arriba la almohada.

-Me parece bien- Dije, mirando a la almohada.

-¿Nos dejarán tus padres? ¡Ah no! Que no tienes padres.- Dijo Stella sentándose de nuevo en la cama y soltando una pequeña risita.

-Stella, eso ofende mucho, ¿sabes? ¡¡Es muy duro tener que haber perdido a tus padres!!- 

Dije con lágrimas en los ojos, yéndome de la habitación.

-¡Aurora!- Oí las voces de mi hermana Bloom. Me fui a la fuente del reino, agarré mis piernas, y apoyé mi cabeza sobre mis rodillas. Empezaron a caer lágrimas por mis ojos, por mis mejillas. No era fácil superarlo, y aún seguía teniendo aquel punto débil. Oh, oh… ¿Y si aquel hombre sin rostro le observaba? Podría atacar su punto débil…

-Debo superarlo. No quiero tener que llorar todos los días.- Dije levantándome.

-¡Auroraaaaa!- Me llamaba una voz. La reconocería en cualquier momento, era Stella. Se acercó hasta mi posición y me dijo:

-Aurora, s-siento lo que te dije antes… No pensé lo que decía. Y ya sé que debo pensármelo 2 veces antes de hablar, pero tú me conoces y sabes que no soy de ese tipo, ¿no?

Solté una pequeña risita.

-¿Me perdonas?-

Me reí de nuevo, me hizo gracia lo que dijo Stella, ¡y era verdad todo lo que dijo!

-¡¡Me lo tomaré como un sí!!-

Las dos compartimos un gran abrazo. Las Winx nos vieron desde la ventana.

-¡Oooohh!- Dijeron todas a la vez.

-¡Nunca vi a Stella tan sentimental!- Dijo Musa riendo.

De repente, Aurora y Stella desaparecieron.

-¿Q-Qué?- Dijeron sobresaltadas.

De repente Bloom y Musa recibieron un almohadazo. ¡Stella se lo dio a Musa y Aurora a Bloom! Todas rieron y compartieron una gran fiesta hasta muy tarde.

-¡Viva el Club Winx!- Dijeron todas poniendo sus manos juntas y alzándolas.