El Pasado Perdido, capítulo 7. Miedo oculto

Miedo oculto

El dragón descongelaba a las personas, mientras que yo pensaba en toda la conversación… Todo este tiempo estuve engañada, utilizada como una muñeca inservible. En mi cabeza se repetía la conversación con Daphne, y la del otro día con Bloom:

Aurora, ¿por qué no estás alegre como hoy? Ojalá estuvieras como hoy todos los días…- Yo suspiré.

-Lo sé, Bloom, yo también quiero estar así siempre.- hubo un segundo de silencio.- pero no puede ser.- dije mirando al suelo.

-¿Por qué?- Yo no dije nada.- ¿¿Por qué Aurora?? ¿Qué ocultas?- Dijo gritando. Yo me paré, y las Winx también.-¿Qué ocultas? ¿Por qué no lo quieres decir? ¡Somos tus amigas!-

Las Winx se despertaron poco a poco.

-¿Q-Qué ha ocurrido?- Dijo Tecna apoyando su mano en su frente.

-Oh, os… Os habéis… Bueno, no sé muy bien… Eh…- No sabía que decir.

-¿Qué? No te entiendo…- Dijo Musa acercándose.

-No sé qué os ha pasado, eh… Yo… Yo estaba fuera.- Dije nerviosa.

-Oh. Vale…- Dijo Musa extrañada.

-¿¿Qué le ha pasado a todo el mundo?? ¿Y los invitados? ¿Por qué están congelados?- Dijo Bloom asombrada.

-Oh, eh… Pues… No lo sé…- Dije mirando al suelo.

-Que rara estás.- Dijo Flora acercándose a mí. Yo me aparté.

-¿Rara? ¿Quién? ¿Yo? ¡No!- Dije más nerviosa.

-¿Qué te ocurre Aurora? ¿Por qué estás tan nerviosa últimamente?- Dijo Bloom un poco enfadada.

-¡¡Nada!! Solo que…- Suspiré.- Necesito irme.- Me di la vuelta y fui en dirección a la puerta. Noté como si la habitación estuviera encogiendo. Como si estuviera dando vueltas sobre mí. Noté una presencia.

-¿Qué tal, Aurora? ¿Pasándolo mal?- Soltó una risa malévola.

-¿Otra vez tú? ¡¡Déjame en paz!!- Dije arrojando a la sombra una bola de fuego, que la sombra traspasó. Yo me quede petrificada. Daphne soltó una risa malévola.

-Ay, Aurora, Aurora… ¿Todavía no te has dado cuenta de que nunca podrás ganarme?-

-¡Eso ya lo veremos!- e invoqué a un dragón de fuego.- ¿Quieres pelear así? ¿Hasta que alguien muera? ¿Hasta conseguir el objetivo que tanto deseas? ¿Y si no lo consigues?- grité, enfadada. Daphne se quedó petrificada.- Daphne, esto es una locura, para ya de hacer esto… N-No puedo aguantarlo más…- supliqué.

-L-Lo siento Aurora, pero lo hago por Domino.- sacó su espada.- Hazlo por Domino…-

-Lo siento Daphne… ¡Pero no! ¡¡Vórtice de fuego!!- el dragón que invoqué hizo un gran tornado de fuego. Daphne se defendió con la espada pero ésta acabo destruida.- ¿Quieres esto Daphne?- dije enfadada.

-Gr… ¡Volver a la realidad!- Todo se iluminó, y en un abrir y cerrar de ojos aparecí de nuevo en el salón.

-¡Aurora!- Stella pasó la mano cerca de mi rostro, y yo volví en mí.

-¿Q-Qué? ¿Qué ocurre?- Dije volviendo en mí.

-¿Ha pasado otra vez?- Me susurró Stella.

-¿Pasar otra vez qué?- dije confusa, todavía seguía en ‘’shock’’ por lo que pasó hace un momento.

-Lo de Daphne…- Me susurró mirando a los lados para ver si estaban las Winx cerca.

-Oh… Si… Pero... Bah, no te preocupes.- sonó un estruendo, y todo el mundo huyó y se escondieron. Solo quedamos las Winx. Apareció Sin… ¿¿Sin Rostro?? No parecía que fuera Daphne. Daphne, o Sin Rostro, lanzó un hechizo a las Winx que las desmayó.

-¡Winx! ¿Qué les has hecho a las Winx, Daphne?- dije enfadada, gritando. Oí a la gente murmurando:

-¿Daphne? ¿Por qué nombra a Daphne?- se preguntaban los unos a los otros. Daphne les lanzó un hechizo y se desmayaron, perdiendo el recuerdo de mi oración.

-Las Winx están atrapadas en otra dimensión.- dijo riendo malévolamente.

-¿¿Qué?? ¡¡Devuélvelas a la realidad!!- dije muy enfadada.

-Inténtalo si puedes.- dijo soltando una risa malévola.

-Debo transformarme… Debo intentarlo…- susurré. Cerré los ojos y sin darme cuenta, unos brillos me rodearon.

¡Aurora, hada del fuego del dragón!

-¡Lo conseguí! ¡Me he transformado!- exclamé feliz.- Wow, no me he dado cuenta de que voy muy mona con esta transformación.- pensé, soltando una pequeña risa.

-¡Vórtice de llamas!- pronunció Daphne. Yo no sabía qué hacer, me pilló por sorpresa.- ¡Escudo de fuego!- Lo único que hice en todo momento era defenderme, ¿por qué no atacaba? Muy sencillo, porque era mi hermana. No podía dañarla.

-¡Dragón de Domino, yo te invoco!- pronunciamos a la vez. Esto era una batalla de poderes, para ver quién era más fuerte. Ahora todo dependía de nuestros dragones, controlados por nuestro poder.

-¡Libera a mis amigas! ¡Libera a TUS amigas!- dije gritando.

-¡Libéralas tú!- me gritó. Las dos nos paramos.

-¿Puedo salvarlas?- dije dando un paso atrás.

-Sí, pero no serás lo demasiado valiente para adentrarte en la Dimensión del Olvido. No tienes ni valor, ni poder. ¡No eres nada!- noté un vacío en mi corazón. Mi propia hermana me estaba insultando. ¿De verdad es lo que piensa de mí? No pude contener mis lágrimas.

-¡Eso ya lo veremos! ¡Me adentraré en la Dimensión del Olvido, y salvaré a mis amigas! ¡Verás que soy valiente y tengo poder!- grité con lágrimas que caían por mis mejillas. El dragón que controlaba desapareció, y el de Daphne también. Una magia roja como el fuego me envolvió.

  

-¿Esta es… la Dimensión del Olvido?- dije, aterrada. Estaba sola, totalmente sola…