El Pasado Perdido: Capítulo 8. Atrapada en una ilusión (Parte ½)

Atrapada en una ilusión (Parte ½)

Me sentía sola, aterrada a la vez. No sabía qué tendría que afrontar. Millones de caminos, sin salida. No paraba de pensar en ellas, en las Winx. Siempre pensaba que estaban muertas, o sin poderes, débiles, y que sólo yo podía rescatarlas. También pensaba que Daphne me engañó, y quería que estuviera encerrada aquí… ¡Pero qué estoy diciendo! Daphne no sería capaz de hacer algo tan cruel.

Ya llevaba casi media hora investigando y sin encontrar nada, pero no podía rendirme.

-Debes intentarlo… No des media vuelta… Sigue adelante…- me repetía todo el rato.

-Sigue adelante, no mires atrás… Con valor y confianza, lo conseguirás…- A ratos tarareaba la canción que me cantaba mi madre antes de que ocurriera ya-sabéis-qué con las brujas ancestrales.

Ya pasó media hora, seguía sin encontrar nada. Notaba un vacío dentro de mí. Durante muchos años he estado sola sobreviviendo con mis poderes, y podía afrontar el estar sola, pero… Esta vez era diferente… Me sentía aterrada, poco a poco, mis alas no se movían, no tenían fuerza, como si el miedo le estuviera ganando. Cada vez iba bajando más al suelo, y al final acabé destransformada.- Tal vez la energía negativa de este lugar debilita mis poderes.- pensé. Entonces tuve que seguir adelante a pie. Yo andaba mirando mis brazos cruzados, además de que me sentía aterrada, en aquel sitio hacía frío, por eso de vez en cuando mis manos frotaban suavemente mis brazos para entrar en calor. Pero el fuego de dragón que tenía en mi interior me dio valor, ¡y estuve más calentita! Je, je, je. Intenté transformarme, pero no pude, pero pensé, que no podía transformarme, pero si hacer un hechizo en el que me aparecieran unas alas, por ir más rápido, no es por nada… Probé, y tras unos intentos, unas alas rosas y blancas aparecieron en mi espalda, e iba mucho más rápido que con mis alas Dimentix. Las alas sin darme cuenta se fueron desvaneciendo, y tuve que seguir a pie de nuevo. De repente, me tropecé. Miré al suelo para ver qué era, y encontré una pieza de tela, seguramente sería de un vestido.

-Recuerdo esta tela…- pensé. De repente mis ojos se agrandaron. -¡¡Stella!!-me sobresalté.- Deben estar cerca- Seguía contemplando la tela hasta que me choqué con algo muy grande. Era… Un dragón de fuego… Débil.

-Bloom… Este dragón proviene de Bloom. Puedo notar su energía vital.- intenté curar al dragón, pero seguía tumbado en el suelo, mirando abajo. Me asomé y vi que el dragón observaba un colgante.

-Ese colgante es… No puede ser…- el dragón me entregó el colgante, y volvió a su posición anterior.- ¿C…Cómo ha podido sobrevivir todos estos años? El colgante que nos regaló nuestra madre…- me quedé asombrada. Si habéis leído la 1ª temporada, en el último capítulo sabréis, que perdí a mis padres por una batalla en Domino, y Marion, mi madre, me entregó ese colgante.

-No puede ser…- susurré. De repente me encontré mareada, mis piernas no contestaban a mis acciones. Cerré los ojos y a los pocos segundos los abrí, me encontraba en un sitio sin salida, todo era muy luminoso. Podía escuchar música elegante, como un baile de gala. La sala empezó a coger color. Las cortinas, mesas, personas… A lo lejos, pude ver a Bloom bailando con Sky. Nadie me atendía, como si no estuviera, era… era como un fantasma…

Me acerqué a ella, se veía muy feliz junto a Sky, pero en su interior pude sentir algo, algo que la aterraba… Pero… No sabría decir qué la aterraba. Lo raro era que solo la vi a ella, a las Winx no las vi, ni a los especialistas o paladines. Sin darme cuenta, al final solo quedaban Bloom y Sky bailando en la pista. Todo era precioso, hasta que Daphne llegó, muy triste, casi a punto de llorar.

-¡Daphne! ¿Qué te ocurre?- dijo Bloom calmándola.

-L…La destrucción de Domino… ¡Está cerca!- dijo Daphne soltando una lágrima. Mi corazón dejó de latir por unos segundos. Todos los invitados se asustaron, incluidos Bloom y Sky. Yo miraba constantemente, sin quitar mi vista, aquella escena.

-Daphne, me estás asustando… ¿No estarás bromeando, no?- preguntó Bloom aterrada.

-¡Lo digo de verdad!- Daphne y Bloom se abrazaron, soltando unas lágrimas. Yo no pude hacer nada. No pude impedir nada. ¿Y si era verdad? ¿Y si lo que decía Daphne es cierto? ¿Y si lo que me dijo Daphne de la destrucción de Domino en aquel baile era verdad? ¿Y si sólo yo podría impedirlo?...

-Si esto es un sueño, quiero despertar…- pensé aterrada. Yo era un fantasma, no podían verme, no podía decirles nada, no podía hacer nada… Me sentí miserable por un segundo. Domino estaba en el borde de la destrucción, tal vez lo que dijo Daphne era cierto, solo mi energía vital podría impedirlo… Pero… ¿Eso significaría sacrificarme?...

-Solo la energía vital de Aurora puede impedirlo… Ella es…- Bloom la interrumpió.

-¿¿Aurora se tiene que sacrificar??- preguntó Bloom retrocediendo.

-Me temo que si.- respondió Daphne.

-A todo esto… ¿Dónde está?-

-Hum… No la veo desde hace un rato. Habrá ido afuera, a tomar el aire, supongo.- Intenté tocar a Bloom, pero mis dedos traspasaron su brazo.

Por un momento pude ver una diminuta sonrisa en Daphne. ¿Todo era un engaño?

-Sky… ¿Q…Qué podemos hacer?- preguntó Bloom, sin saber qué hacer, buscando la ayuda de su novio.

-Sinceramente, no tengo ni idea.- respondió Sky confuso. –Será mejor que tomes el aire y te relajes.- añadió Daphne.- ¡Tranquilos todos! No os preocupéis, ¡podemos seguir con la fiesta!- les animó Daphne, haciéndole una señal al DJ para que continuara con la música, pero una música para animar el ambiente.

-Voy a ir a animar a Bloom.- afirmó Sky. -¡No!- exclamó Daphne poniéndose delante de él.- Quiero decir…- susurró.- Ya voy yo. Al fin y al cabo, soy su hermana.- añadió.

-Eh… De acuerdo.- dijo Sky confuso.

Daphne salió del salón, con una sonrisa en su rostro, pero no una sonrisa cualquiera, una malévola. Sospechaba de Daphne, así que la perseguí, decidida. Daphne cerró la puerta de un portazo al cerrar su mano y convertirla en un puño, que luego se abrió suavemente, pero era raro que, ni Bloom ni los invitados, se dieran cuenta, seguían como si nada. Daphne se paró detrás de Bloom, preparando el ataque más poderoso que puede tener una ninfa, el poder más fuerte de Domino. Bloom no se dio cuenta, solo respiraba hondo.

-¡No! ¡¡Daphne no lo hagas!!- grité, con lágrimas cayendo de mis ojos,  aunque sabía que no me oía. –Daphne, por favor… No hagas nada…- supliqué. De repente alguien lanzó un escudo para evitar que Daphne destruyera a Bloom. Esa persona era…