El colgante de los deseos
-Aurora, hay algo que quizás debas saber…- me
contestó Bloom nerviosa.
-¿Qué ocurre?- me puse nerviosa al ver su actitud,
¿qué era lo que tenía que contarme para que estuviera así?
-Pues verás…- me dijo con tono nervioso, moviendo
sus dedos constantemente.- Daphne me ha dicho… Bueno pues que… Uf, es tan
difícil de decir…- titubeó Bloom.- ¿Me vas a decir ya lo que ocurre?- pregunté
nerviosa por sus movimientos y actitud.-
-¡La destrucción de Domino!- se levantó bruscamente
de la cama y se dirigió al balcón.-
-¿Qué? ¿Cómo que destrucción de Domino? ¿De qué
hablas?- pregunté.- Cuéntame más.-
-Pues eso, la de… destrucción de Domino. Daphne dice
que se acerca.- suspiró con tristeza.
-¿Y no hay nada que pueda impedirlo?- titubee.
-Sí, hay algo, pero no te va a gustar…- me preguntó
mirando abajo.- ¿Qué es, Bloom? ¡Tienes que decírmelo!- dije acercándome
lentamente a ella. Ella se volteó rápidamente.
-¡Es tu energía vital!- exclamó con un tono
preocupado, muy preocupado.
-¿¡Cómo?! ¿Pero… Pero por qué? ¡Soy como vosotras!
¿Qué tengo de diferencia?- pregunté asustada. Recordé aquel baile en el que
Daphne me atacó (capítulo 6):
‘’
-¿Esto es lo que quieres? ¿Es este el destino que quieres?- Dije furiosa con
destellos a mi alrededor. Daphne retrocedió.
-¡¡Contéstame!!
¿¿Es esto lo que quieres??- Dije más enfadada aún, con el dragón de fuego a mi
lado.
-¡¡¡No!!!
¡¡No me hagas nada!! ¡¡Solo quería tu
poder para evitar la destrucción de Domino!!- Dijo Daphne gritando.
-¿Qué?
¿D-Destrucción de Domino? ¿¿De qué hablas??-
-Destrucción de Domino… Mi poder…- susurré.-
¿Dijiste algo?- me preguntó Bloom.- Oh. No. No es nada.- me senté en la cama, y
me puse a pensar sobre lo que me dijo Bloom hace unos segundos. Conque era
verdad lo que me dijo Daphne…
-L… Lo siento, de… debo irme.- me levanté de la cama
y salí corriendo, dirigiéndome a mi habitación. Me tumbé en la cama mirando
hacia el techo y unas lágrimas recorrieron mis mejillas, bajando por mi cuello.
Miré a mi derecha y vi el colgante de los deseos. Cogí el colgante, cerré los
ojos, agarré muy fuerte el colgante y pronuncié: - ¡¡Deseo que la destrucción
de Domino nunca ocurra!!- la puerta de mi habitación sonó.
-A… Adelante.- dije.
-¡Hey, hey, hey! - Entró Bloom. -¿Qué haces aquí?-
me preguntó.
-Oh… Es… Estoy cansada.- contesté.- Uuh, ¿y ese
colgante tan bonito?- me lo cogió.- es realmente bonito. ¿Dónde lo
conseguiste?- yo lo agarré súbitamente.- Me… Me lo regaló Marc.- contesté.- Oh,
qué bonito… Ojalá Sky me regalara uno como ese.- Por un momento pensé que el
colgante haría caso al deseo de Bloom y le entregara otro igual, pero tenía la
sensación de que si tenía otro como el mío no acabaría bien la cosa. Por
suerte, recordé que aquella voz de la sala del colgante me dijo que solo yo
podía pedir deseos.- Uf…- susurré.- ¿Qué ocurre?- me preguntó Bloom.- ¡Nada! Es
que… Estoy muy cansada. ¿Hablamos mañana?- contesté.
-Valep.- me contestó divertida, y salió de la
habitación.- Buenas noches.- yo sonreí.- Buenas noches, Bloom.-
¿Buenas noches? Tal vez serían para ella, yo dormí fatal, o mejor dicho, no dormí. Estuve toda la noche pensando en el
colgante y lo que me dijo Daphne sobre la destrucción de Domino. Era verdad.
También estuve pensando en todas las veces que Daphne atacó el reino, sobre
todo en los bailes. Eran las 4:00 a.m cuando bajé al salón. Estaban limpiando y
recogiendo mesas de la fiesta del otro día. Yo me escondí en una de las columnas.
Las limpiadoras terminaron su trabajo y apagaron las luces, quedándome sola en
toda la amplia sala. Chasquee mis dedos, encendiendo la luz, y vi un pequeño
reproductor de música. Puse música lenta y bajé el volumen para no despertar a
nadie.
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(Escuchad mientras leéis)
Me senté en el reluciente suelo recién limpio, apoyé
mi cabeza en mis rodillas y rodee mis piernas con mis brazos. Empecé a cantar
poco a poco la canción. Estos días me habían ocurrido cosas muy extrañas. Al
parecer Daphne quiere matarnos y tener mi poder, me caso con Marc, las Winx
sospechan de mí,…
-La destrucción de Domino…- pensé. Agarré el
colgante que tenía en el bolsillo de mi pantalón por si acaso.- Menos mal que
lo tengo.- dije admirándolo. Oí pasos. ¿Quién me había escuchado?- ¿Quién hay
ahí?- titubee. No hubo respuesta.- ¿¡Quién eres!?- pregunté.- ¡Aurora! ¡Shh, no
grites!- me contestó una voz dulce.- ¡Stella! ¿Qué haces levantada?- susurré. Por
si no lo sabéis -que creo que no- las Winx se quedaron unos días a dormir en el
castillo.
-No pude dormir.- me dijo con su almohada a mano.
-Igual yo.- contesté. Ella se sentó a mi lado.
-Stella, lo estoy pasando fatal con lo de Daphne.
Son muchas cosas a la vez, es muy dificil de afrontar todo. ¿Qué harías tú en
este caso?- pregunté mirando abajo, ella era la única persona con la que podía
confiar y hablar sobre mis visiones y pesadillas.
-Se que es duro, pero tranquila, algún día se
solucionará todo.- me consoló.
-¿Y si ese día no existe, Stella? ¿Y si ese día no
existe?- le pregunté mirándola, con lágrimas cayendo de mis ojos. Me dio un
abrazo.-Seguro que existe.- se levantó y me tendió su mano para levantarme.-
Necesitas dormir.- afirmó.- Si, supongo. Buenas noches, y gracias por todo.-
-De nada.- me dio un abrazo y cogió su almohada.
Quitamos la música, apagamos la luz y subimos las escaleras.Un gran pasillo nos
separaba para ir cada una a su habitación.- Buenas noches.- Nos dijimos la una
a la otra, dirigiéndonos a nuestros dormitorios. Me dirigí a la cama,
contemplando la luminosa luz de la luna desde mi ventana. Alcé el colgante. -Deseo que mañana
sea un gran día.-
Me giré a la derecha. Noté la cálida luz del sol por
la mañana. Oí como alguien tocaba mi puerta.- Pss… ¿Estás despierta?-me susurró
una voz dulce. Yo hice como que no lo oí.- ¡Venga, vaga, despierta! ¡Hoy es un
gran día!- reconocí la voz de mi encantadora hermana Bloom. Yo me tapé la
cabeza con la almohada. Bloom se acercó y me susurró:- Hoy es el aniversario de
Domino.- yo pegué un salto en la cama.- ¿¿Cómo?? ¿Y cómo es que no me
despertaste antes? ¡¡Es un día muy especial!! ¡Tengo que prepararme y todo!
Hice un truco de magia y me preparé enseguida.- ¡Era broma! Era para que te
despertases.- la miré durante unos segundos, ella esperó respuesta.
-¡¡Te voy a matar!!- me cambié a una ropa cómoda y
la perseguí por todo el dormitorio. Me subí en su espalda y no paramos de
reír.- ¡No me vuelvas a hacer eso!- ella no paraba de reír, y me contagiaba su
hermosa risa. La puerta se abrió y apareció la figura de mi hermana mayor,
Daphne. En ese momento, me olvidé de aquellas horribles pesadillas y visiones
que pasé con su posible identidad malvada.- ¿Qué se supone que estáis haciendo?
¡Tenéis que prepararos! ¡Es el aniversario de la libertad de Domino!-
-Ah, ¿es hoy?- pregunté, dándome cuenta de el lío
que habíamos montado Bloom y yo. Yo seguía encima suya, y ella se quedó quieta
con cara graciosa.
-¡Por supuesto que es hoy!- me contestó Daphne
riendo. Yo chasquee los dedos y enseguida nos cambiamos Las tres nos reímos sin
parar. De tanto reír, Bloom y yo nos caímos, yo encima de ella. Daphne se
apuntó, hasta que de tanto alboroto que montamos, tuvo que venir mi madre,
Marion.
-¿Qué estáis haciendo? ¡Bajad ya!- nos ordenó. Los
levantamos riendo por lo bajo y bajamos abajo, riendo.
-¿De qué reís tanto?- preguntó mi madre al ver que
no parábamos de reír.
-De nada…- nos excusamos las tres, para luego seguir
riendo por lo bajini. Llegamos al salón. Ya estaba las Winx preparadas.
-¡Ya era hora de que llegárais!- pretestó Stella.-
-¿Qué ha ocurrido arriba? Se escuchaban risas desde
el salón.-
-¡Nada! No ocurrió nada.- contestó Daphne. Bloom y
yo soltamos una bajísima carcajada. Salimos al jardín, donde nos esperaba mucha
gente para la celebración.
-¿Sabes que tendrás que hablar en público, no?- me
susurró Daphne.
-¿¡Cómo?! ¡A mi nadie me dijo eso!- susurré.- ¿Y qué
diré?-
-No lo sé, improvisa.-
-Podrías habérmelo dicho antes.-
-Lo siento.- dijo Daphne con una risa por lo bajo.
Me puso su mano en mi hombro:-Suerte.-
-Gracias.- contesté sonriendo. Oí la voz de mi madre
hablando por micrófono:
-¡Gracias a todos por venir, ciudadadanos de Domino!
Hoy hacen 5 años desde que Domino fue liberado! Gracias a nuestra hija Bloom
–la señaló–, sin su gran valentía Domino seguiría como antes. –Todos
aplaudieron, y Bloom se sonrojó- También es un día especial porque hace 1 año
desde que nuestra princesa perdida volvió, ¡nuestra querida hija Aurora! -todos
aplaudieron- ¿Hija, tienes el discurso ya, no?- me susurró mi padre.- Em… En
realidad no, padre, no me dijeron nada.-
-¿Cómo?- susurró.-No te preocupes, improvisaré.-
sonreí y me acerqué al micrófono que me dio mi madre.
-Hoy… Hoy es un gran día para Domino, y también para
mí. Hace 1 año pude averiguar quién era en realidad. En este año de princesa, he
conocido a las mejores amigas que se puedan tener, las Winx.-miré a las Winx y
sonreí.- también, mis poderes crecieron, luché con enemigos, y por fin se
respira paz y tranquilidad. También le debo toda mi felicidad este año a mi
hermana Bloom.- ella sonrió.- y a mi hermana Daphne, por supuesto.- bajé mi
tono de voz.- Destrucción de Domino…- puse un tono tan bajo que nadie lo oyó.-
¡Pero ahora todo es un mundo feliz! ¡Y hay que disfrutar de este día tan
especial!- exclamé feliz. Todos aplaudieron y vitorearon, mi madre se acercó a
mí y me susurró:
-Lo has hecho muy bien, querida.-
-Gracias, mamá.- sonreí.
Pasaron unas muchas horas, ya era de noche. Yo
estaba hablando con Marc del discurso:
-Lo has hecho muy bien.- me sonrió.
-Gracias Marc, aunque no te vi…-
-Estaba atrás, esa multitud de gente no me dejaba
pasar…- contestó Marc con tono divertido.-
-Oh.- contesté.- Bueno, lo bueno es que estás aquí.-
le di un beso. Oí la voz de mi padre hablar en el escenario.- Perdonad las
molestias, pero… El grupo que iba a cantar no ha podido venir.-
-Ojalá pudiera salir de esta ilusión..- pensó la
verdadera Aurora.- ¡El colgante de los deseos!- salió fuera a tiempo de que le
dijera a mi padre ‘eso’’.
-¡Deseo no estar en esta ilusión y vivir como la
Aurora de la ilusión!- todo cambió por un segundo.- Aurora… ¡Aurora!- abrí mis
ojos, me encontré a mi padre.- ¡Aurora!-
-¡Papá!- le abracé.- ¿Qué ocurre?- preguntó
extrañado.
-Oh, nada, perdón.-
-¿Qué ibas a decirme?-
-¿Qué qué iba a decirte? Pues…- lo recordé.- ¡Ah,
claro! Que como no hay grupo que cante… Podría cantar yo… Si quieres.-
-¿Que si quiero? ¡Pues claro!- Stella, Flora, y
Bloom lo oyeron: -¡Nos apuntamos!- Nos subimos al escenario y cogimos canción.
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(De izquierda a derecha en las imágenes: Perrie
(Aurora), Jade (Bloom), Jesy (Flora), Leigh-Anne (Stella).
-¡Otra, otra, otra!- repetían los invitados.-
-Uf, estamos agotadas, ¿por qué no cantáis Bloom y
tú?- me dijo Stella, guiñándome un ojo.
-¡Por mi bien!- exclamamos las dos y elegimos
canción.
<iframe
width="560" height="315"
src="//www.youtube.com/embed/MiYLLhBPxIk" frameborder="0"
allowfullscreen></iframe> (Victoria: Aurora, Liz: Bloom)
-¡Lo hicimos genial!- Bloom y yo nos abrazamos.
-Perdóname Aurora, debo salir un momento. ¿Por qué
no cantas en solitario? ¡Sería mágico!-
-Bueno, probemos…- contesté, y acerqué el micrófono,
mientras que Bloom se bajó del escenario.
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-¡Muchas gracias por todo público!- me bajé del
escenario.- Vi una figura fuera, en el jardín. Me armé de valor y salí fuera.
Me puse mi sombrero bien y anduve lentamente hacia aquella figura -Aurora
llevaba la ropa Bloom In Concert 2.-
La figura se escondió en un árbol, y pude oír unos
sollozos. Me acerqué y pude reconocer aquella figura que lloraba.
-¡Daphne!-
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