Frente a ella estaba su otra yo y una persona encapuchada con una espada en la mano peleando. Bloom reconoció inmediatamente esa persona: era su hermana Daphne... ¿Verdad?
-¡Traidora! -gritó la otra Bloom en medio de sus lágrimas mientra le lanzaba una bola de fuego-. ¡Nos engañaste! ¡Nos engañaste a todos! -Se tambaleó y cayó al suelo. Stella se acercó a animarla.
-¿Estás bien? -preguntó ella, aunque ya sabía la respuesta.
-No... -murmuró la Bloom del sueño ("Bloom")-. Stella, nos han ganado... Stella, no me siento bien...
¿Estás segura de que estás bien?
Las palabras cruzaron otra vez por la mente de "Bloom". Pero no era un recuerdo, alguien le estaba hablando a través de la mente.
-No -respondió Bloom mentalmente.
-Esto -empezó a decir la voz malvada de Daphne. Bloom sintió una mano transparente frente a ella que le mostraba la destrucción-. Es tú futuro...
-¿Cómo? -inquirió Bloom al pararse. Miró a su derecha y vió a Daphne encapuchada, sonriendo malévolamente. Miró el campo de batalla, don de la otra "Bloom" luchaba con Daphne: Daphne seguía ahí. Eran dos Daphnes- ¿Qué has hecho? -murmuró mirando a Daphne a los ojos. Pero la maldad en ellos le obligó a desviar la mirada.
-No había otra opción, hermana -respondió Daphne y se desvaneció en el aire. Bloom se quedó sin aliento. Su otra yo y Daphne seguían peleando.
-¿Aún no te rindes? -dijo Daphne con sarcasmo.
-Tú... -murmuró "Bloom"- ¡Llama danzante!
"Bloom" creó un escudo de fuego, que también servía para atacar. Daphne se rió y levantó su espada y de ella salió un rayo que golpeó a "Bloom". Ella cayó al suelo. Trató de levantarse pero ya estaba demasiado débil por las heridas y el poder que Daphne le había quitado. Las demás Winx trataron de ayudarla pero el ejército enemigo se encargó de cerrarles el paso. Daphne se acercó a "Bloom".
-Ay, Bloom, ni tus nuevos poderes pueden vencerme -dijo Daphne.
-Dijeron... -jadeó "Bloom"-. Dijeron que me haría más poderosa.
-Sólo si sabes utilizarlos -replicó Daphne-. Ni tú ni las Winx pueden controlar semejante poder.
-...S...Si podemos...
-¡Silencio! -vociferó Daphne-. ¡Ahora yo reino aquí! -y al decir esto acercó la espada a la garganta de Bloom.
-¿Daphne, que te pasó? -preguntó "Bloom"-. ¿Qué hechizo te ha cambiado? Tú no eras así. ¿Qué quieres decir con lo de "no hay otra opción"?
-Yo puedo ver más cosas que tú -respondió Daphne con aspereza-. Puedo ver el futuro y ahora mismo te estoy salvando de cosas más graves.
-¿Qué cosas? ¿Esté ejército? ¿La traición? ¿¡Tú traición?! -gritó "Bloom"-. ¡Ya estamos sufriendo demasiado Daphne! ¿¡Qué cosas nos estás ocultando!? ¡Habla! ¡Yo aún soy Reina de Domino, yo aún reino aquí! ¡No cederé mi trono a mi hermana traidora! Sobre mi cadáver. Pero antes dime, ¿qué has visto? -terminó de decir esto con preocupación y tristeza.
Mientras, la verdadera Bloom había visto todo y estaba en shock. ¿Daphne, traidora? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué quiere decir con el "no hay otra opción"? ¿Era esto una pesadilla o una visión que un nuevo enemigo le había enviado?
-...Daphne -susurró "Bloom" mientras se levantaba trabajosamente y se ponía frente a frente a su hermana, que aún estaba sin saber qué decir-. No tienes qué hacer esto, hermana -continuó con lágrimas en los ojos mientras trataba de mantener la calma. Daphne respiró agitadamente, como si estuviera luchando en su interior. Estuvo así por unos segundos. Mientras la verdadera Bloom trataba de acercarse lentamente, con miedo a que Daphne la escubriera.
-D...Daphne... -susurró.
-¿Qué te sucede? -preguntó "Bloom". Ella trató de tocar su mano pero Daphne la apartó y con una rapidez asombrosa levantó la espada y la hundió en "Bloom". "Bloom" soltó un grito y su cuerpo se convirtió en cenizas y el viento se las llevó.
-¡No! -gritó Bloom al ver la horrible escena. Aceleró el pasó y corrió hacia Daphne, pero ella la descubrió y la apuntó con su espada. Ambas respiraban agitadamente.
-¿¡Estás loca!? -vociferó Bloom haciendo su mejor esfuerzo por no golpear a su hermana y estrangularla- ¡Me has...! ¿¡Me has matado!? ¡Tú! -Daphne sólo hizo una sonrisa sarcástica.
-Vas a despertar -dijo en voz baja-. Y tu hermana estará junto a ti... Haz tu mejor esfuerzo por no gritar y matarla -terminó diciendo esto con un ligero son de burla.
-¿Qué...? -preguntó Bloom
-Mírate... -dijo Daphne. Bloom así lo hizo. Puso su mano frente a ella y esta se volvió gris, y un fuego se prendió en ella. Bloom quiso gritar de horror, pero la mirada de Daphne le hizo pensar en otra cosa. Su mano se iba quemando, se hacia cenizas y volaban frente a ella. Lo mismos con su pelo, rojo como era, y su cuerpo.
-¿Qué planeas...? -susurró Bloom- ¡Daphne! -gritó y sintió que era jalada hacia otra realidad y el castillo en llamas era sólo algo remoto y lejano. Las voces se oían lejanas pero... Tan cercanas. Muchas gritaban su nombre, y Bloom advirtió que esas eran las voces de las Winx.
-Lo siento... -oyó que una voz decía.
-¡Bloom! -gritó una voz masculina. Bloom la reconoció inmediatamente.
-¿¡Sky!? -pensó.
Luego Bloom se sintió en la nada.
No sentía nada. Sus cinco sentidos no respondían. Poco a poco su vista se acostumbro a la luz. Vio algo verde, algo... Azul. No reconocía los colores. Todo empezó a tener forma.... Sí. Lo verde eran los árboles. Lo azul era el color de la nave. Y Bloom vió su mano, pero no estaba gris. Ella pronto volvió a estar en ese ambiente que siempre había amado. Bloom dio un largo suspiró.
-¿Está todo bien? -preguntó una voz familiar. Bloom abrió los ojos.
-Eh... ¿Sí? -dijo Bloom sin atreverse a mirar a su lado. Sintió que alguien volvía a mirar a la ventana.
Era su hermana.
-¡Rayos, olvidé que aún estaba con ella en la realidad! -pensó Bloom- ¡Contrólate, Bloom! ¡Contrólate y haz como dijo Daphne! -Trató de actuar como si nada hubiera pasado, pero la pesadilla había sido tan real que empezó a temblar. Por suerte su hermana no lo advirtió. Bloom junto sus dos manos para calmarse, y al parecer funcionó. Trató de pensar en otra cosa.
Sky.
-Hace tiempo que no te veo -se dijo a sí misma Bloom. Y era verdad. Ahora el era el rey de Eraklion y tenía que gobernar, ya casi nunca se veían. Bloom ya se había acostumbrado a eso, y ahora le parecía normal que las parejas se vieran pocas veces. La ultima vez que se vieron fue hace 2 meses, y esa vez el le prometió que pronto se casarían.
-¿Y cuándo es "pronto"? -preguntó Bloom cuando Sky le hizo la promesa.
-Pronto es pronto -respondió Sky mientras le daba un beso en la frente, dejando a Bloom más confundida que antes.
-¡Bloom, ya llegamos! -gritó Daphne sacando a Bloom de sus fantasías. Bloom y Daphne bajaron de la nave a parar frente al castillo de Solaria. El cielo tenía un color anaranjado: eran las 4 de la tarde.
-¿Dónde están las chicas? -preguntó Bloom- ¿No van a saludarnos? -Daphne sonrió.
-Tal vez están adentro -respondió-. Vamos a echar un vistazo.
Las dos princesas de Domino se acercaron a la puerta y Bloom la empujó ligeramente y para su sorpresa, ¡ya estaba abierta!
-¿Deberíamos entrar? -preguntó Bloom con un poco de miedo de que el castillo haya sido atacado.
-¿Quieres esperar aquí hasta medianoche? -replicó Daphne. Bloom asintió, mostrando que había entendido lo que Daphne quería decir con ese comentario y el tono de su voz: ¡Tú eres el Hada de la Llama del Dragón y unos monstruos te dan miedo! ¡Sólo mira cuántos enemigos has vencido!
Bloom y Daphne entraron. Todo estaba oscuro como boca de lobo. Bloom sintió una escalofrío.
-Está muy oscuro -comentó como si no le importara. Avanzó hasta llegar al centro del salón de baile. Mientras lo hacía llamaba a su hermana en voz baja para avisarle donde estaba, prender fuego era muy arriesgado si de verdad habían atacado el castillo. Pero algo que Bloom advirtió con su oído era que cada vez que ella avanzaba unos seres se apartaban de su camino para dejarla pasar.
-Tal como ese sueño de esta mañana -pensó Bloom. Luego la curiosidad la venció y ella pensó en explorar el lugar. Miró alrededor, escudriñando la oscuridad pero sus ojos no se acostumbraban hasta ahora. Tenía muchas ganas de prender fuego, pero no podía. Por fin, llamó a Daphne, en una voz no muy baja pero no obtuvo respuesta.
-¿Daphne? ¡Daphne! ¡Ven aquí! -no hubo respuesta. Bloom empezó a desesperarse. Recorrió todo el salón sin importar si había enemigos o no, y sintió esa sensación de que había gente apartándose de su camino, pero no le importo, no ahora que no encontraba a su hermana mayor- ¡Ay, Daphne! ¿Dónde te has metido? -pensó Bloom. Entonces, de repente, la luz se prendió y Bloom jadeó y lo único que pensó al ver la escena fue:
-...Daphne -susurró "Bloom" mientras se levantaba trabajosamente y se ponía frente a frente a su hermana, que aún estaba sin saber qué decir-. No tienes qué hacer esto, hermana -continuó con lágrimas en los ojos mientras trataba de mantener la calma. Daphne respiró agitadamente, como si estuviera luchando en su interior. Estuvo así por unos segundos. Mientras la verdadera Bloom trataba de acercarse lentamente, con miedo a que Daphne la escubriera.
-D...Daphne... -susurró.
-¿Qué te sucede? -preguntó "Bloom". Ella trató de tocar su mano pero Daphne la apartó y con una rapidez asombrosa levantó la espada y la hundió en "Bloom". "Bloom" soltó un grito y su cuerpo se convirtió en cenizas y el viento se las llevó.
-¡No! -gritó Bloom al ver la horrible escena. Aceleró el pasó y corrió hacia Daphne, pero ella la descubrió y la apuntó con su espada. Ambas respiraban agitadamente.
-¿¡Estás loca!? -vociferó Bloom haciendo su mejor esfuerzo por no golpear a su hermana y estrangularla- ¡Me has...! ¿¡Me has matado!? ¡Tú! -Daphne sólo hizo una sonrisa sarcástica.
-Vas a despertar -dijo en voz baja-. Y tu hermana estará junto a ti... Haz tu mejor esfuerzo por no gritar y matarla -terminó diciendo esto con un ligero son de burla.
-¿Qué...? -preguntó Bloom
-Mírate... -dijo Daphne. Bloom así lo hizo. Puso su mano frente a ella y esta se volvió gris, y un fuego se prendió en ella. Bloom quiso gritar de horror, pero la mirada de Daphne le hizo pensar en otra cosa. Su mano se iba quemando, se hacia cenizas y volaban frente a ella. Lo mismos con su pelo, rojo como era, y su cuerpo.
-¿Qué planeas...? -susurró Bloom- ¡Daphne! -gritó y sintió que era jalada hacia otra realidad y el castillo en llamas era sólo algo remoto y lejano. Las voces se oían lejanas pero... Tan cercanas. Muchas gritaban su nombre, y Bloom advirtió que esas eran las voces de las Winx.
-Lo siento... -oyó que una voz decía.
-¡Bloom! -gritó una voz masculina. Bloom la reconoció inmediatamente.
-¿¡Sky!? -pensó.
Luego Bloom se sintió en la nada.
No sentía nada. Sus cinco sentidos no respondían. Poco a poco su vista se acostumbro a la luz. Vio algo verde, algo... Azul. No reconocía los colores. Todo empezó a tener forma.... Sí. Lo verde eran los árboles. Lo azul era el color de la nave. Y Bloom vió su mano, pero no estaba gris. Ella pronto volvió a estar en ese ambiente que siempre había amado. Bloom dio un largo suspiró.
-¿Está todo bien? -preguntó una voz familiar. Bloom abrió los ojos.
-Eh... ¿Sí? -dijo Bloom sin atreverse a mirar a su lado. Sintió que alguien volvía a mirar a la ventana.
Era su hermana.
-¡Rayos, olvidé que aún estaba con ella en la realidad! -pensó Bloom- ¡Contrólate, Bloom! ¡Contrólate y haz como dijo Daphne! -Trató de actuar como si nada hubiera pasado, pero la pesadilla había sido tan real que empezó a temblar. Por suerte su hermana no lo advirtió. Bloom junto sus dos manos para calmarse, y al parecer funcionó. Trató de pensar en otra cosa.
Sky.
-Hace tiempo que no te veo -se dijo a sí misma Bloom. Y era verdad. Ahora el era el rey de Eraklion y tenía que gobernar, ya casi nunca se veían. Bloom ya se había acostumbrado a eso, y ahora le parecía normal que las parejas se vieran pocas veces. La ultima vez que se vieron fue hace 2 meses, y esa vez el le prometió que pronto se casarían.
-¿Y cuándo es "pronto"? -preguntó Bloom cuando Sky le hizo la promesa.
-Pronto es pronto -respondió Sky mientras le daba un beso en la frente, dejando a Bloom más confundida que antes.
-¡Bloom, ya llegamos! -gritó Daphne sacando a Bloom de sus fantasías. Bloom y Daphne bajaron de la nave a parar frente al castillo de Solaria. El cielo tenía un color anaranjado: eran las 4 de la tarde.
(Escuchar Mientras Leen)
-Tal vez están adentro -respondió-. Vamos a echar un vistazo.
Las dos princesas de Domino se acercaron a la puerta y Bloom la empujó ligeramente y para su sorpresa, ¡ya estaba abierta!
-¿Deberíamos entrar? -preguntó Bloom con un poco de miedo de que el castillo haya sido atacado.
-¿Quieres esperar aquí hasta medianoche? -replicó Daphne. Bloom asintió, mostrando que había entendido lo que Daphne quería decir con ese comentario y el tono de su voz: ¡Tú eres el Hada de la Llama del Dragón y unos monstruos te dan miedo! ¡Sólo mira cuántos enemigos has vencido!
Bloom y Daphne entraron. Todo estaba oscuro como boca de lobo. Bloom sintió una escalofrío.
-Está muy oscuro -comentó como si no le importara. Avanzó hasta llegar al centro del salón de baile. Mientras lo hacía llamaba a su hermana en voz baja para avisarle donde estaba, prender fuego era muy arriesgado si de verdad habían atacado el castillo. Pero algo que Bloom advirtió con su oído era que cada vez que ella avanzaba unos seres se apartaban de su camino para dejarla pasar.
-Tal como ese sueño de esta mañana -pensó Bloom. Luego la curiosidad la venció y ella pensó en explorar el lugar. Miró alrededor, escudriñando la oscuridad pero sus ojos no se acostumbraban hasta ahora. Tenía muchas ganas de prender fuego, pero no podía. Por fin, llamó a Daphne, en una voz no muy baja pero no obtuvo respuesta.
-¿Daphne? ¡Daphne! ¡Ven aquí! -no hubo respuesta. Bloom empezó a desesperarse. Recorrió todo el salón sin importar si había enemigos o no, y sintió esa sensación de que había gente apartándose de su camino, pero no le importo, no ahora que no encontraba a su hermana mayor- ¡Ay, Daphne! ¿Dónde te has metido? -pensó Bloom. Entonces, de repente, la luz se prendió y Bloom jadeó y lo único que pensó al ver la escena fue:
Ay, Dios, no otra vez...
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