Pero lo que
importa es que conseguí ubicar el castillo de Domino. Recuerdo que yo sólo
estaba merodeando por el campo desértico y me topé con rocas detruidas, que
habían formado parte de la estructura de una gran pared. Parecía que las rocas
habían caído de forma que yo pudiera encontrar el camino hacia el campo de
batalla. Me demoré en llegar hasta ahí por lo menos media hora. Cuando
finalmente llegué a mi destino, me encontré con un gran reino destruido. El
pasto gris estaba totalmente quemado y a lo largo del lugar habían algunos
huesos y armas esparcidos por todos partes. También había manchas de sangre ya
secas. Pero lo más horrible era ver aquel castillo ahora destruido, que hace
tiempo se había levantado orgulloso contra el cielo. Las paredes estaban
quebradas y rotas en mil pedazos, cenizas y polvo en el suelo, pero ningún alma
viva se encontraba cerca... Mas que la mía.
Desde
entonces siempre visité aquel lugar, siempre observando el lugar con tristeza y
sentándome sobre una de las columnas destruidas, para luego pensar. No lloraba,
ni gritaba, ni hablaba con personas que no estaban ahí; yo simplemenete visita
el castillo para pensar y aclarar mi mente. Suspiraba, veía mi alrededor,
pensaba en aquellos tiempos donde todo estaba iluminado y la gente caminaba y
conversaba alegre, y trataba de pensar que aquella versión era la únicas que
era real, pero no lograba convencerme. Sé que mis amigas no hubieran creído
este un buen lugar para pensar, pero para mi lo era y de alguna forma me
recordaba el verdadero motivo por el que estaba viva: para encontrar la manera
de hacer volver la paz y alegría, tal como mi madre, a sus dieciséis años,
cuando descubrió que era un hada y también la princesa de Domino, salvando a su
reino y familia del oscuro encantamiento
de las brujas ancestrales.
Y
hoy era un día como cualquier otro, visitando el campo desértico, y pensando
que todo era un sueño. El cielo era gris y era cerca del anochecer. Yo ya había
explorado todo el castillo, en un intento fallido de querer encontrara gente
que hubiera sobrevivido la guerra, pero ahora tenía ese presentimiento de que
esta vez iba a encontrar algo diferente. Así que atravesé el arco desgastado
que indicaba la entrada al castillo y caminé por todos los rincones del lugar. La
noche avanzó y hasta ahora seguía buscando algo que no sabía que era. Era muy
confuso saber cuando una puerta era una puerta y no un montón de escombros
acumulados que al parecer indicaban una entrada. El tiempo pasó, hasta que
finalmente encontré aquel salón que en el fondo había querido visitar: la
piscina.
Realmente no era una piscina donde la
gente podía ir a nadar y divertirse, era en realidad un gran círculo amplio que
al principio, creo, había servido como una clase de pecera enorme. Pero según
he oído, cuando Daphne, la hermana de mi madre, aún estaba aparentemente
“muerta” (porque después revivió, pero no sé la razón exacta de cómo lo hizo),
vivía en aquella piscina, y aparecía cuando mi madre quería hablar con ella.
Pero ya no más.
Pero después de tantos años dentro de un
castillo destruido, la piscina aún contenía agua, y estaba totalmente limpia.
Sin polvo. Había visitado aquella habitación muchas veces, pero para ser
sinceros, nunca había pensado en aquel detalle: el hecho de que el agua aún
estaba intacta. Claro, lo ví con mis propios ojos la primera vez, y me
impresioné, pero nunca le dediqué demasiado tiempo para pensar acerca del tema.
Bueno, tal vez su hora había llegado.
-Este
lugar... Definitivamente es mágico- dije. Pensé en Daphne, y me pregunté si
ella podría estar descansando allá abajo, convertida en fantasma. Una esperanza
creció en mí, y empece a creer que ella en realidad estaba dentro del lago, en
forma de fantasma, tal como mi madre me había contado-. Pero he oído tan poco
de ti, tía –murmuré. Y era la verdad. Nunca supe que mi madre tenía una hermana
hasta que la encontré por mí misma. Al parecer ellas habían tenido un conflicto
y se habían separado. Nunca supe demasiado acerca de aquella historia. Traté de
hacer que se reconfrontaran pero solo empeoré las cosas, y más que antes. Mi
madre me obligó a alejarme de Daphne. Y yo le obedecí, cuando bien pude hacer
algo al respecto. Pero tenía miedo. Mucho, mucho miedo. ¿Qué podía hacer contra
la poseedora de la Llama del Dragón, mi madre? Nunca la había visto tan
furiosa, y estaba segura de que ella podía quemar un bosque entero facilmente,
si quería. Y al parecer ella lo había hecho en el pasado.
Ah,
pero qué familia.
Caminé alrededor de la piscina, esperando
a que algo pasara. Traté de recordar algún hechizo que mi tía me hubiera
enseñado. O Musa o Tecna, pero nada vino a mi mente para destruir aquel
silencio.
Finalmente me rendí y me senté al borde de
la piscina. Pronto me empece a sentir un tanto avergonzada, ¿qué hubiera pasado
si alguien me hubiera visto? Esperé y esperé, pero no vi ninguna señal que
avisara la entrada de Ruwá. -¿Cuál es el punto? –me dije a mí misma- ¿Si nunca
vas a volver? –Hundí mi cabeza entre mis rodillas y dejé el tiempo pasar.
Cuando finalmente levanté la cabeza
descubrí que me había quedado dormida. La sala estaba oscura, pero aún así
podía ver lo que se encontraba a mi alrededor. Pero lo primero que hice fue
llevarme la mano al pecho para tocar aquella cosa que llevaba alrededor de mi
cuello, que bien me había molestado en mis sueños. Agarré el pendiente en forma
de corazón y lo miré para luego quedarme muda. El corazón brillaba, y en medio
de la oscuridad, parecía como la única luz que enseñaba el buen camino. Al principio
creí que solo era una simple ilusión, porque el color original era plata y aún
a la luz del día podía brillar gracias a los rayos del sol. Pero finalmente me
tuve que convencer de que en realidad estaba brillando como la luna, lo
quisiera creer o no.
-¿Por qué... Qué eres? –murmuré, sabiendo
de que nadie me respondería. A decir verdad, estaba demasiado calmada como para
ser mi primera vez viendo algo “mágico” pasar frente a mis ojos, y que no fuera
magia mía. Claro, encontrar las ruinas de Domino sí que fue un milagro pero
esto... Esto era raro, y no había visto esta clase de cosas pasar hace como
siete años. O sea, tenía unos diecinueve años ahora mismo. Me paré y me fijé en
el collar, esperando que cualquier cosa pasara, y así estar preparada. Pero
otra vez. Nada pasó. El collar siguió brillando tal como las estrellas del
cielo, pero nada más pasó. Yo lo toqué inconscientemente y la luz brilló más
que antes, parecía nieve.
-¿Qué eres? –repetí, esperando esta vez
que alguien me respondiera. Puede que me llamen loca, pero oí una voz. Mis ojos
se abrieron, sorprendida, y traté de descifrar que era lo que las voces
apagadas me decían. Pero no pude, ya que se sentía como millones de personas
susurrando la misma oración al mismo tiempo, pero tan bajo y tan rápido, que
apenas podía entenderse. Me paseé por el salón otra vez, y me di cuenta de que
a medida que me movía, las voces se volvían de susurros a gritos. Estaba
asustada.
(Escuchar Mientras Leen)
Tomé aquello como una indicación, como si
aquello me dijera a donde ir. Rodeé la piscina y las voces cambiaron de tono y
se volvieron casi gritos, pero aún sin poder entender lo que me decían. Supe
que tenía que concentrarme, y rápido; ya que esto parecía una oportunidad
única.
-Ya, ya, cállense –les dije a las voces
que solo podía escucharlas yo en mi cabeza. Pero ni eso funcionó para saber que
decían. Suspiré, y me concentré enteramente en ellas-. ¿Qué es lo que dicen?
–murmuré-. ¿Ah?
D... cu... sa... la... ra... elve... a
-¿Qué? ¡No tiene sentido! –exclamé-. ¿¡Qué
rayos intentan decirme!?
D... bre... asdo... vela... tira... vuelve... az
-¿Cubre el asado, tira de la vela y vuelve
el az? –dije, incrédula- ¿Algo así?
De... cubre... asado... vela... entira... devuelve... az...
El mensaje no cobraba sentido, pero tenía
que seguir concentrándome y escuchar las voces para revelar lo que me decían.
Descubre... pasado... vela la... entira... devuelve... paz
Esta vez las cosas empezaban a cobrar
sentido, solo me faltaban unas cuantas palabras más y todo se aclararía. Las
voces ahora gritaban, y mi cabeza me empezaba a doler, tenía aún el collar en
la mano y ahora brillaba tanto que tenía
que cerrar los ojos. Mi mano se veía blanca gracias a la luz. Empezaba a temer
el poder que contenía el colllar, aquella joya que nunca imaginé fuera capaz de
hacer todo esto. Sentía que me podía desmayar en cualquier momento, pero sabía
que tenía que ser fuerte si quería saber que era lo que el mensaje decía... Si
quería que todo volviera a la normalidad. Si quería volver a ver a mi madre
otra vez.
Descubre el pasado; revela la mentira, devuelve la paz
-Descubre el pasado... Revela la
mentira... Devuelve la paz –murmuré lentamente mientras abría los ojos. El
collar había dejado de brillar, y ahora se veía totalmente inofensivo. Me quedé
callada y medité en aquellas palabras-. El pasado de mi familia... Claro, ¿por
qué no? Después de todo ellos me han escondido a mi tía de mí... ¿Pero por
qué? Revela
la mentira –temblé ligeramente al decir en voz alta aquella frase-, mi
mentira... ¿Acaso algún día será revelada? ¿O se trata de otra? ...Devuelve la paz... Devuelve todo a la
normalidad –pero además de mi voz que resonaba en las paredes, no había nada
más que el silencio. Esperé oír alguna voz, pero esta vez nada pasó. Me sentí
decepcionada, ya que esta era una oportunidad casi única-. Pero... ¿Qué tengo
que hacer? –pregunté-. Descubre el
pasado, revela la mentira, devuelve la paz. Ok, pero, ¿cómo? ¿Cómo se
supone que haré eso? ¿Alguien me escucha? ¿Ruwá? ¡Alguien dígame que tengo que
hacer! –me dejé llevar por la preocupación, y antes de que yo me diera cuenta
de lo que estaba haciendo, oí un chapoteo; y el collar ya estaba hundiéndose
dentro de la piscina. Cuando me di cuenta supe que ya era demasiado tarde y que
sería imposible sacar el collar de ahí sin que yo me ahogara. A pesar de que no
lo parezca, la profundidad de agua de aquella piscina era sorprendente. Me
empece a desesperar. El collar había sido el único medio por el que había
descubierto lo que tenía que hacer y ahora ya estaba hundido en la piscina.
Sin pensarlo dos veces, salté y me zambullí
dentro del agua. Pero cuando abrí los ojos descubrí que no estaba para nada
dentro de la piscina. Tal vez si lo estaba, pero parecía que no había paredes,
y sentí que estaba en el mar. Solo habían unos pocos peces dorados nadando por
ahí, pero además de eso solo estaba yo y el agua. Jadeé y creí que se me había
escapado el aire, pero me di cuenta de que podía respirar bajo el agua. Me
sorprendí, y mi mente se volvió inmediatamente a aquel momento en el que yo
desperté bajo el agua, hace ya muchos años.
Al principio no me di cuenta, pero advertí
que había pequeñas ráfagas de agua donde yo me encontraba, como un pez que
nadaba veloz y dejaba unas pequeñas ondas o burbujas detrás de él. Muchas más
ráfagas pasaron cerca de mí, pero no vi ningún pez nadar además de los dorados
que ya mencione. Entonces pasó lo increíble. Una parte del agua se volvió más
clara y brillante y se juntó para luego formar un pequeño torbellino. Yo sabía
que eso no me haría ningún daño gracias a la larga distancia, pero me quedé
asombrada al ver lo ocurrido. Poco a poco, lentamente, el torbllino fue tomando
forma , formando brazos, pierna, un rostro y un cuerpo. Muy pronto pude ver una
hermosa mujer frente a mi, un espíritu del agua llevando un largo vestido. Pero
antes de que todo aquello pasara por mi cabeza, mis labios se movieron por sí
solos y una nueva voz, aliviada y sorprendida al mismo tiempo, habló dentro de
mí:
-Ruwá.
El espritu de agua sonrió, y poniendo su
mano frente a mí, me mostró el collar que yo había arrojado a la piscina
accidentalmente, en la palma de su mano.
Y fue entonces cuando la verdadera magia
empezó.
Una luz rodeó mi cuerpo, como si fuera un
ángel o hada de la luz. Parecía estrella del cielo hundiéndose bajo el agua. Me
sorprendió, y mucho, pero mantuve la calma y no enloquecí. Puse mi mano frente
a mi para ver cómo estaba pero lo único que vi fue un resplandor blanco que
casi llegó a cegarme. Miré a la mujer acuática y ella aún seguía sonriendo,
mirando con ojos serenos y tranquilos. De algún odo u otro, su presencia me
tranquilizó, como un niño que deja de llorar cando encuentra a su madre, y
sonreí yo también, pero aún insegura de lo que iba a pasarme.
Descubre el pasado; revela la mentira, devuelve la paz
Pude oír aquellas palabras una vez más, y
tratando de ver lo que pasaba a mi alrededor, descubrí que aquel espíritu de
agua frente a mí había sido la única que había dicho eso.
-¿Qué tengo que hacer? –murmuré, aunque algo
en mí sentía que la respuesta no la iba a oír, no ahora.
Todo mi alrededor se iluminó entonces.
Parecía la nada, todo eran blanca y lleno de luz. Me sentí como en un sueño,
como si finalmenete yo estuviera despertando de un simple sueño y ahora fuera a
volver a la realidad. Sabía que nada de eso iba a pasar y que ahora estaba
viviendo la única realidad existente, pero una parte de mí no quería ser
convecida de ello. Y entendía por qué. Unas imágenes borrosas aparecieron
frente a mí. Recuerdos y memorias del pasado. Las cosas fueron tomando forma y
color, y pude ver muchas cosas que nunca supe que existían. Todas las
criaturas, mundos y reinos de todo el universo. Todas las cosas que alguna vez
mi madre había aprendido. Sentí como si yo estuviera desapareciendo, aún ahí,
pero como si no perteneciera a aquella realidad. Ahora era el momento en que
una nueva aventura comenzaba.
Vi... A las Winx...
Y así;
Shanelle perpetuó la memoria de una edad ahora desaparecida...
Ok, ya terminé la nueva versión del primer capi. Phew! Ahora sigue el doceavo capítulo. Doceavo... Doceavo... Doceavo Doctor! Jaja! Ok, ok, ya! Me calmo, me calmo, lo lamento xD
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