-Madre, he estado pensando esto por más de
una semana. No, en realidad, desde que ataqué a Daphne por primera vez. ¡He
meditado ya por suficiente tiempo!
-Pero, ¿y qué hay de tu hermana? ¿Acaso
sabes cómo reaccionara? ¿Siquiera le dirás que te irás?
-No, y creo que es mejor así. Además, no
será por mucho tiempo. Volveré antes del fin de año y estaré con ustedes y con
las Winx en Año Nuevo.
-¿Pero y que hay del día de Navidad?
-Comeré y celebraré con Vanessa y Mike.
Estaré en Gardenia después de todo.
-¿Haciendo qué?
-¿Cuántas veces te lo he dicho? ¡Viviendo
una vida lejos de la magia y esta locura! Necesito un descanso, tú y padre lo
saben. Sólo por favor, déjame irme a tomar unas breves vacaciones en mi hogar
de la infancia –Bloom suspiró. Era cierto que había tenido en su mente la idea de
dejar de la Dimensión Mágica por un lapso de unas dos semanas para aclarar su
mente, y de pronto los problemas fueron llegando a su vida y al de Daphne en
montones, y supo que tenía que decidir rápido. Pero desde que su hermana le
había entregado un hermoso collar del que ella no sabía su existencia, se
decidió finalmente, pues creía que el colgante sería un imán a enemigos que
querían la energía que contenía, así como el poder de Bloom.
-No sé que decirte –dijo Marion, su madre.
-Sólo di que puedo ir a la Tierra, es todo
lo que necesito oír –insistió su hija-. Incluso ya tengo las maletas listas
–añadió.
Su madre suspiró. Sabía que era inútil
intentar hacer a su hija cambiar de opinión, una vez que ella ya había decidido
algo.
-Está bien –respondió finalmente-. Puedes ir
a la Tierra, pero me prometerás que volverás a tiempo para la fiesta de Año
Nuevo. Puedes traer contigo a Vanessa y Mike si ellos quieren acompañarte.
Pero Bloom no reaccionó como ella había
esperado, saltando de alegría. Ella simplemente inclinó la cabeza y abrazó a su
madre.
-Gracias –le susurró al oído con una voz un
tanto entrecortada- Y te prometo que regresaré. Invitaré a Vanessa y Mike, ¿ok?
Agarró la mano de Marion por unos momentos.
Pero luego Bloom la soltó e hizo un chasquido con sus dedos, lo que hizo que
unas chispas rodearan cierta parte específica del salón, que materializaron sus
maletas, y no eran muchas. Eran sólo unos pocos días que ella iba a estar en la
querida tienda de Love & Pet, y no necesitaba nada más que ropa y a su
Kiko.
-Entonces creo que te veré en once días,
Bloomy –dijo Marion-. Suenan pocos, pero serán muy solitarios sin ti.
-Lo sé –respondió ella en voz baja y triste,
aunque sabía que esa no era una buena respuesta para tal despedida. Suspiró-.
Les he avisado a mis amigas, porque creo que van a visitarme en estas dos
semanas. Digo, aún no saben que me voy, pero les he dejado un mensaje en su
celular. Se llevarásn una sopresa pero espero que lo entiendan.
-¿Y qué hay de tu padre?
-Díselo. No hay ningún problema.
-¿Y Daphne?
Bloom se quedó silenciosa por unos
instantes. Pero finalmente habló lentamente.
-No sé lo digas. No digas las razones por la
que me fui –dijo.
-Creo que va a saberlas tan pronto se enteré
te has ido –replicó su madre.
-No importa. Prefiero que se enteré por sí
misma a decírselo yo en persona.
-¿No crees que eso es un poco cruel? Tú
nunca harías eso –comentó Marion, pero Bloom no respondió, ella no quería que
la conversación se desviara a tal punto-. Eso me recuerda –contnuó la reina de
Domino-, hay cierta conversación que tenemos que hacer...
-Lo
harás cuando vuelva en once días –interrumpió su hija bruscamente. Al decir
esto, agarró la maleta guinda junto a ella, y con Kiko sentado en su hombro,
volteó y se dirigió a la puerta.
-Sabes, podrías haber hecho esta decisión
hace una semana atrás –dijo Marion-. Podrías haberte ahorrado muchos problemas.
Obviamente, el hecho de que atacaste a Sky en una de esas batallas de práctica,
como tú dices, que hiciste con Daphne no fue causa de algo “malvado”; pero eso
también se podría haber evitado. Pero tú nunca huirías de situaciones como
estas ahora, esa fue una Bloom de hace tiempo atrás, o puede que me euivoqué.
¿Hay algo que te impulsó a elegir rápido, hija? ¿Algo que te haya hecho decidir
de una buena vez? ¿Pasó algo malo esa noche de ayer...?
-¡Madre, es suficiente! –dijo Bloom alzando
la voz una vez más. Ya había cruzado la puerta del castillo al decir eso, y
aprovechó para cerrar la puerta detrás de ella usando un hechizo para alejarse
de su madre de una vez por todas. Se sentía harta de ella y sus insinuaciones,
tarde o temprano se enteraría de la verdad que sus dos hijas estaban
escondiendo-. Pregunta y piensa demasiado –pensó el hada mientras dejaba atrás
el portón y su hogar-. Debería callarse, o aún mejor: ¡dejar de meter sus
narices en donde no le corresponde y dejarme vivir mi estúpida vida!
Caminó por el puente hecho de piedra y sin
pasamanos, y paró cuando se encontró en a medio camino. Cerró los ojos, se
concentró, y...
-Gardenia...
Abrió sus ojos una vez más y observó sus
manos con cierto asombro: de estas emanaba una blanca luz, pura y brillante. La
luz se esparció por todo su cuerpo, mientras todo su ser se convertía en
simples chispas doradas, como las de una fogata de campamento. Pronto ella
desapareció del lugar, pero antes, alcanzó a ver a su madre finalmente abriendo
la gran puerta del castillo, dándose cuenta de que su hija ya se iba de su
hogar.
(Escuchar Mientras Leen)
Bloom se encontró a si misma frente a la
tienda Love & Pet. Miró a su
alrededor, y no pudo evitar sentir una gran nostalgia. Los edificios, los
autos, la gente; el cielo y la tierra: todo se veía tan inexplicablemente común
y ordinario. Se preguntó por qué alguna vez quiso dejar aquella tranquila vida
por una llena de peligros.
Cruzó
la pista que la separaba de la tienda. Nadie se había dado cuenta de su súbita
aparición; y continuaban caminando siguiendo su vida. Pero a Bloom no le
importó que no le prestaran atención: eso era la última cosa que quería luego
de diez días llenos de peligro y pesadillas.
Miró a través de la puerta transparente y
vio al menos cuatro chicas con el colorido uniforme de la tienda de mascotas,
que Stella había cosido por si misma hace ya mucho tiempo atrás. Notó que el
lugar no tenía ningún cliente esperando a que trataran a su mascota mágica, ni
que había una larga fila que llegaba hasta la esquina de la calle, como épocas
pasadas. Eran las nueve y media después
de todo, y Bloom sabía muy bien que la tienda Love & Pet estaba abierta
desde las diez hasta las nueve de la noche. Aunque había pasado más de dos
años, ella aún se acordaba de cada una de las mascotas voladoras, y de cada
servicio que ella y sus amigas brindaban a estas. Incluso recordaba esa vez que
la hipócrita de Mitzi había sido una cliente suya y tomó a los animalitos como
cosas y juguetes que podían ser comprados con una tarjeta de crédito.
De todas formas, ella nunca sería capaz de
perdonarla de corazón después de todo lo que había pasado gracias a ella.
Aunque Bloom se quedó mucho tiempo parada
cerca de la puerta de la tienda mientras pensaba en el pasado y en los buenos
tiempos, ninguna de las chicas que se encontraban dentro del edificio notaron
su presencia. Sólo las mascotas voladores, que recién despertaban, lo hicieron.
Volaron tan rápido como pudieron hacia la puerta de vidrio y uno de ellos, siendo
una oveja blanca con pelo verde y grandes ojos de color anarajandado, se chocó
contra esta y quedó atontado por varios segundos. En ese mismo momento las
chicas, que antes estaban conversando, miraron en la dirección de donde vino el
ruido.
-¡Hey, miren! –exclamó una de ellas-. ¡Es
Bloom!
Las cuatro corrieron hacia la puerta y la
abrieron por Bloom, y ella entró y sintió aquel sentimiento de nostalgia, más
fuerte que antes.
-Gracias, Violet –le dijo a una de las
chicas.
-¿Están las Winx contigo? –preguntó Violet
-. Han pasado más de dos años.
-Desde que vencimos a Trittansu, sí, lo sé
–dijo Bloom amablemente-. Lamento no haberlas visitado antes, pero nunca tenía
mucho tiempo. Espero que comprendan.
-No, es compresible –replicó otra chica de
cabello rubio, Molly se llamaba-. Eres una princesa, y tú no puedes discutir
cont odo eso. ¿Pero ya te has casado?
-Eh, no.
-¿Y Stella?
-Está en su casa. Todas ellas están
continuando su vida. He venido por mi cuenta. Solo pienso quedarme aquí en
Gardenia por unas semanas y volver de vuelta con mis padres para el Año Nuevo.
Las cuatro chicas comprendieron, y luego de
haber conversado un poco, volvieron a cuidar de los animales, ya que faltaban
minutos antes de que la tienda abriera. Bloom por su parte subió las escaleras
y se dirigió al segundo piso, y dejó caer su maleta sobre su cama. Ninguna de
las habitaciones de las Winx habían sido usadas. Molly, Violet y las demás solo
volvían a sus hogares y no dormían en el mismo edificio.
Bloom empezó a sacar la ropa guardada en su
maleta. Kiko fue al primer piso a juntarse con sus antiguos amigos. El hada se
puso un polo sin mangas, con rayas horizontales de color blanco y verde y sacó
una billetera del mismo color del último. Unos jeans grises, un cinturón y una
pulsera, ambos morados. También se hizo una cola alta, y su pelo rojizo caía
como una catarata.
FanArt por alamisterra de deviantART
Estaba a punto de bajar las escaleras (ya
que había decidido arreglar las demás cosas en otro momento) pero miró el reloj
que se encontraba colgado en la pared sobre su cama: nueve y cincuenta y tres.
-De seguro los clientes ya deben estar
haciendo fila fuera de la tienda –pensó-. Mejor que salga por una puerta
trasera, o una ventana. No quiero llamar la atención.
Bloom fue a Gardenia por una simple razón: alejarse
de la magia. Dos semanas no era mucho tiempo, pero serviría para aclarar su
mente y pensar bien en qué hacer en el momento que regrese a Domino. Para
muchas otras hadas que Bloom conocía, iba a ser un gran reto vivir sin magia.
Pero para ella no iba a ser gran cosa. Había estado bien dieciséis años sin
usar hechizos para hacer las cosas levitar o aparecer de la nada acompañado
siempre por chispas doradas, y estaba segura de que no sería problema tratar de
vivir como cualquier humano de aquella tranquila ciudad.
Pero encontró muy difícil lo primero que
tuvo que hacer sin magia: saltar desde el segundo piso de un alto edificio.
-Me mataría –se dijo a si misma mientras
abría la ventana de par en par y observaba las calles para ver si había alguien
cerca-. Pero soy un hada después de todo, creo que nosotras tenemos algo que
nos ayuda a soportar muchas heridas –dicho esto, Bloom se sentó sobre el alféizar
de la ventana y sacó la cabeza, teniendo cuidado de no caerse. Abajo podía ver
la pista donde los autos pasaban, pero por suerte no había muchos en esos
momentos, y tampoco había gran cantidad de gente-. No puedo creer que estoy
haciendo esto sólo para evitar ser vista –suspiró Bloom mientras cerraba los
ojos. Sin pensarlo dos veces, ella saltó y su mano se soltó del alféizar. Antes
de que pudiera darse cuenta, sus pies ya estaban pisando cemento y no tenía
ningún rasguño. Las hadas sí podían caer de las alturas tan bien como los
gatos.
Bloom dio un suspiro de alivio. –Me temo que
tendré que dejar a Kiko atrás –se dijo-. Tienes a sus amigos ahí.
Y así, evitando lo mejor que podía a la
gente que podría reconocerla (o sea, todo el mundo, ya que ella junto con el
grupo Winx eran conocidas casi mundialmente) se dirigió a la casa de sus padres
adoptivos.
6 comentarios:
OMG me encantó!! -Como todos XD-
Me matas Megan, me matas. Primero publicas un trailer, y luego un capítulo! X_X
PD: Estoy empezando a seguir escribiendo en mi tiempo libre, si termino el 10 lo publico :D
Me alegro! X3
Jajaja, JAJAJAJA!! Y tú también me matas... de risa! xD
Si, ese fue uno de los días en el cual estuve más activa, supongo. U.U
PD: Apúrate, porfis! :3
¡Me gusta ser chistosa! XDDD
De hecho, ya lo terminé XD Largo, con ''suspense'', final que me gusta... Creo que lo tiene todo!
Estupendo...me facina...tu nove es la #1 en mi lista...quiero seguir leyendo espero que puedas subir el pronto el proximo capitulo.. esre genial
♥Besos♥
Qué bueno! :3
Públicalooooo! :D
Muchas gracias! Me alegro de que te haya gustado! :D
Pronto publicaré el otro xD
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